A 6 horas de Montevideo, la capital del país, se encuentra un lugar único que descubrí por casualidad hace poco, mientras miraba de erre ojo un programa de televisión. Fue la primera vez que escuché hablar de él.

Parece loco, pero un país tan pequeño como el nuestro, aún existen lugares que son desconocidos para los propios uruguayos.
Los que más suerte tuvimos de niños, tenemos recuerdos de acampar en verano con nuestros padres en el Parque Santa Teresa o visitar los balnearios de Rocha o escapar en la semana de Turismo a la Quebrada de los Cuervos, el Salto del Penitente o Colonia.
El turismo interno, el descubrimiento de nuestros propios rincones es algo que se fomenta desde hace muy poco tiempo. Es un cambio cultural favorable, que sin lugar a dudas, va de la mano con el proceso de revalorización de nuestro tiempo libre y que hacemos con él.
Un gran "debe" como viajera sigue siendo el conocer mi propio país. Si bien en los últimos años he puesto energía en descubrir nuevos rincones, me he dado cuenta que hay muchos mas lugares para conocer que los que históricamente todo uruguayo ha escuchado hablar. Hay mucho mas en Uruguay que las playas de Rocha, la Quebrada de los Cuervos o el Salto del Penitente. Arranqué el 2020 con ganas de cambiar eso.
No conocía absolutamente nada del norte del país hasta 2019, donde visité la ciudad de Paysandú para dar un curso de emprendedurismo. ¿Cómo puede ser?
Así fue que el 30 de diciembre (siempre tomo decisiones impulsivas esos días, no me pregunten por qué) revisando mi Instagram vi una publicidad de @fotoaventurauy que prometía aventura y fotos en el Valle del Lunarejo por un fin de semana.
Los contacté y empecé a conversar con Mario, el emprendedor detrás de Fotoaventura. Me pareció serio y buena onda (porque otro de los miedos del uruguayo, y que limita muchísimo el turismo interno, es la percepción de nosotros mismos como prestadores de servicio de turismo. Nos debemos más confianza) y sin pensarlo mucho le reservé un lugar.
El único requerimiento, llevar cámara y carpa. Listo, ya estaba pronta.
¿Dónde queda el Valle del Lunarejo?
El Valle del Lunarejo es un parque natural ubicado en el departamento de Rivera, a unos 70kms de Rivera y a pocos kilómetros de la ciudad de Tranqueras.
Es posible llegar desde Montevideo por la Ruta 5 hasta el empalme con la Ruta 30, donde se debe seguir por ésta hasta el kilómetro 238.
¿Con qué nos vamos a encontrar en el Valle del Lunarejo?
El valle está en la parte norte del sistema de la Cuchilla de Haedo, por lo que recorriendo el Valle del Lunarejo se pueden ver cerros de entre 250 a 370 metros de altura con cimas aplanadas que enmarcan el Valle. Los cerros más destacados son el cerro Bonito, el Minuano, el Boquerón, el Cerro de los Peludos y el Lunarejo, donde nace el arroyo de igual nombre.


Es parte de Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP), ya que allí conviven más de cien especies de aves en una vegetación sub-tropical. Es el hogar de animales nativos protegidos como el gato montés, los osos hormigueros chicos, zorros, carpinchos, nutrias y coatíes. Dicen en la zona que aún habitan pumas que surcan el valle, pero son muy pocos, por lo que verlos es más que difícil.
La vegetación y diversidad animal son posibles gracias a la cantidad de cursos de agua, de arroyos que atraviesan el valle entre las profundas quebradas.
El Valle del Lunarejo es un lugar de montes, cuevas, paredones, saltos de agua y cascadas.
¿Con qué me encontré?
Con un lugar que superó mis expectativas ampliamente, por sus vistas, la combinación de vegetación que se refleja en los colores del entorno, y sus cascadas escondidas.
Salimos hacia Rivera un viernes a las 0.00, para llegar al establecimiento El Gavilán el sábado a las 6 de la mañana. Todos los pronósticos prometían la primera luna llena del año, con un cielo despejado, pero cuando llegamos allá la niebla era tan, pero tan espesa, que se confundía con mal tiempo.
Como mujer criada en el interior del país, tengo claro la niebla es proporcional al día de sol que llega generalmente luego del mediodía cuando esa masa de aire se retira. Dicho y hecho. Llegamos al Gavilán con una niebla de las que te deja ver más de 10 metros, que a medida que se acercaba el mediodía se fue retirando, dando paso a un sol criminal.
Al llegar desayunamos como reyes en el establecimiento, nos integramos un poco como grupo y al rato salimos a explorar con Santiago, nuestro guía aficionado a la botánica y yerbas medicinales, para adentrarnos al Valle del Lunarejo.


Entre montes y claros, cruzamos el valle y caminamos por el Arroyo de las Yeguas, que en enero está seco en su cause y es posible transitarlo. La caminata es de dificultad baja.
Hicimos la primera parada en las piscinas naturales, donde almorzamos. Un lugar genial para quienes gustan de nadar en agua fría y transparente. La primera piscina tiene una profundidad, según dicen, de unos 9 metros. Es necesario cruzarla para llegar a "los yacuzies". Si, pequeñas piscinas poco profundas de agua caliente (justamente porque al ser poco profundas el sol calienta el agua).

Luego seguimos caminata por las quebradas del Valle del Lunarejo para llegar al mirador principal del Valle, por donde habíamos pasado a la mañana pero no vimos nada por la niebla. El ascenso hasta el mirador es cansador, pero no tiene gran dificultad. Fundamental llevar zapatos con suela de agarre, ya que habrá menos probabilidades de resbalar.

El mirador es de los lugares más lindos del Valle. Un lugar que te llena la vista de color y brisa. Transmite una paz única. Uno de esos lugares que elegirías para sentarte en silencio y poner tu mente en blanco.

Nosotros eramos unos cuantos, por lo que hicimos un experimento. Probamos la acústica del lugar, que nos devolvió un eco fuerte y claro.
Luego regresamos al establecimiento el Gavilán, para seguir camino al pueblo de Masoller, lugar que lleva el nombre de una de las batallas más importantes en nuestra guerra de independencia y queda ubicado en una triple frontera: Rivera, Salto y Brasil. Los pobladores en su mayoría hablan portugués.
Desde ahí circulamos una hora aprox. por caminos vecinales para llegar a la entrada del predio particular donde se encuentra la Cascada del Indio y la Cascada Grande. Lugar donde acamparíamos.


La caminata fue gran parte entre piedras al caer la noche, por lo que tuvimos que tener mucho cuidado. Llegamos a la cascada del Indio al atardecer. Un momento fantástico.

Acampamos en la parte alta de la Cascada Grande, una noche de luna llena. Un escenario espectacular. Intentamos algunas fotos nocturnas.



A la mañana siguiente, luego del desayuno nos fuimos a disfrutar de la cascada grande. Un lugar que pude disfrutar mucho mas que las piscinas, ya que es posible bañarse sin saber nadar, porque la parte mas profunda de la cascada está, por lógica y erosión, debajo de la caída de agua.

Luego levantamos campamento y emprendimos la retirada hacia el establecimiento el Gavilán, donde nos esperaría el almuerzo, no sin antes darnos otro baño en la cascada del Indio.

A eso de las 5 de la tarde estábamos volviendo hacia Montevideo. En el camino disfrutamos de los paisajes del norte y de un atardecer intenso.

¿Es posible visitarlo por libre?
Si, claro. Lo ideal es llegar en auto por la Ruta 30 y contactar con algun establecimieto en la zona, ya que es necesario ingresar al parque con un guía.
Si no tienes tu propio vehículo, puedes tomarte un bus hasta Tranqueras desde la mcapital en la Terminal Tres Cruces. El pasaje de ida y vuelta sale $ 2.200.
Desde Tranqueras puedes coordinar con alguno de los Establecimientos que brindan tours por el Valle para que te pasen a buscar. Son 15 kms los que separan al Valle del Lunarejo de Tranqueras.
Otra forma muy interesante para llegar es tomar un bus hasta la ciudad de Tacuarembó. El pasaje de ida cuesta $ 917. Desde allí se puede tomar uno de los pocos trenes de transporte de pasajeros de AFE (Administración de Ferrocarriles del Estado) en todo el país, que une la ciudad de Tacuarembó con la ciudad de Rivera, con una parada en Tranqueras. Solamente hay un único horario diario de lunes a viernes, pero me parece una forma mas que interesante de descubrir el norte del país. Hace 60 o 70 años, andar en tren en Uruguay era algo común, pero para nosotros no. No es una opción. El tren sale desde Tacuarembó a las 7 de la mañana y llega a Tranqueras a las 8.24, según la web de AFE. El boleto cuesta $ 120. Si tienes tiempo, te lo recomiendo. Yo lo tengo como pendiente. Otra de las paradas de este tren es Laureles, un pueblo desde donde se puede conocer otro lugar muy lindo, según he escuchado, el Cañón de Laureles.
Comments