El viajero jamás deja de pensar oportunidades para conocer lugares nuevos o redescubrir los que ya conoce.
En abril tenemos varios días feriados. Fechas en que las distintas religiones celebran acontecimientos importantes, como la Pascua para los católicos, el Pesach para los judíos, el Weshak para los budistas, la Festividad del Desayuno para los islámicos. Los agnósticos celebran la Semana de Turismo esos días. Mientras que los viajeros celebramos que son fechas ideales para una "escapada". Si, una escapada, esos viajes cortos e intensos que se suelen hacer con familia o amigos, cuando llegan los primeros indicios claros del otoño.
Por eso para un viajero, los feriados de abril representan un desafío. El de encontrar un lugar al que valga la pena escaparse por cuatro días, considerando los fondos que tenés disponible a mediados de mes. Con el paso del tiempo ser original en esas fechas cuesta más. Sobretodo porque al viajero no le es suficiente con escaparse a echar un vistazo y volver. Lo emocionante pasa por detenerse a mirar.
No sé si este año primó la originalidad, lo que si puedo afirmar es que triunfó la rápidez. Con dos amigas resolvimos en pocas horas los detalles de una escapada low cost a Cataratas del Iguazú por libre.
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¿Por qué Cataratas?
Porque no conocíamos.
Porque es un viaje que se puede hacer en poco tiempo.
Porque son una maravilla natural. La tierra se quebró hace millones de años (a eso le llamamos falla geológica) y eso hizo que toda el agua de la vuelta (básicamente el agua que baja por el Río Paraná y se mezcla con el Río Iguazú) confluyera en un solo lugar en forma explosiva. Un ejemplo del poder de la naturaleza.
Porque todo amig@ o conocido con que me cruzado en los últimos tiempos y que ha ido, me dice: "Tenés que ir Luján. Es un lugar imponente. No sé como decírtelo, tenes que estar ahí para entenderlo".
La idea
Teníamos 5 días para ir y volver. Buscamos info en internet y con nuestros amig@s y conocidos (todos tenemos al menos un amigo, familiar o conocido que fue a Cataratas. Lo verificamos inductivamente) acerca de las formas tradicionales de llegar desde Montevideo.
En avión quedó 100% descartado desde el minuto uno, porque los vuelos disponibles salían lo mismo que ir al norte de Brasil o Perú. Volar dentro de América Latina es caro.
En auto, es accesible. Un viaje de unas 20 y pico de horas, lindo para hacer en familia. No era opción para nosotras, por decisión. La tensión de las rutas en Turismo es algo que queríamos evitar.
En bus es más accesible. De hecho las excursiones en bus son el medio usual para llegar a Cataratas. Sin embargo, en nuestros planes una excursión no era opción, ya que algo en lo que coincidimos con mis amigas es que queríamos viajar por libre a nuestro ritmo, tomando y decidiendo sobre nuestros pasos.
Con ésta idea en mente, teníamos el tema de la poca disponibilidad de horarios de buses desde Montevideo, además de que no existe ninguna compañía que haga el trayecto directo hasta Foz de Iguazú o Puerto Iguazú en la triple frontera. Esto hace que el viaje lleve unas 30 horas ......
Existe una sola compañía de buses, EGA Turismo, que hace el recorrido Montevideo - Asunción del Paraguay con salidas una vez a la semana, los miércoles a las 13hs desde Terminal Tres Cruces. Con regreso los sábados a las 8am desde Asunción. Son 22hs de bus aproximadamente. El boleto ida y vuelta sale unos USD 300. Una vez en Asunción, la opción más rápida para llegar a las Cataratas es tomar otro bus hasta Foz de Iguazú. Son unas 7 horas más aprox. por unos USD 20 aprox.
Considerando nuestros tiempos pensamos un recorrido alternativo:
1o. Viajar a Buenos Aires en ferry. Los pasajes de barco por Buquebus, yendo por Colonia a horas atípicas, como de madrugada por ejemplo, son baratos. Conseguimos pasajes por USD 18 (solo ida). El trayecto son 3,5 horas (2 horas hasta Colonia y 1,5horas para cruzar el río).
2o. Bus desde Buenos Aires a Puerto Iguazú. Desde la Terminal de Retiro salen buses diariamente que en 18horas te dejan en la Terminal de Puerto Iguazú. El pasaje sale USD 95 (solo ida) y se puede comprar por internet. Existen varias plataformas para compra, pero la que me recomendó una amiga de Buenos Aires es Plataforma 10.
Por lo que es posible llegar a Cataratas desde Montevideo en 22 horas y así lo hicimos.
Salimos de madrugada desde Montevideo. Llegamos a la mañana en Buenos Aires. A la tarde salimos en bus con rumbo a Puerto Iguazú.
El camino desde Buenos Aires a Puerto Iguazú se hace largo, sobre todo porque el bus no hace paradas más que para levantar y bajar pasajeros. Nosotras viajamos en Expreso Singer. Los buses son cómodos, con maratón de películas y cena a bordo a eso de las 23hs. Igualmente está bueno llevar provisiones de comida y sobretodo agua para el trayecto. Nos tocó viajar gran parte del trayecto de día, por lo que pude deleitarme con el paisaje de plantaciones y animales pastando. Pasamos por algo así como 20 ciudades y pueblos.
Me llamaron la atención dos cosas del trayecto: 1) a medida que Buenos Aires quedaba atrás, la tierra se iba volviendo rojiza, como si fuera arcilla y la flora mucho más selvática. Hay una gama de colores enorme que separa a Buenos Aires de Misiones. 2) los rasgos de la gente eran distintos. La presencia indígena se hace más fuerte cuanto más nos acercamos a Misiones. Nos acercamos a nuestras raíces.
Llegamos a Puerto Iguazú a las 10 de las mañana. La primera impresión del lugar fue la de ser un "acceso directo" limpio y pintoresco a las Cataratas del Iguazú. Calles limpias, despejadas, sin la locura del tránsito de Montevideo o Buenos Aires, mucho calor.
Nos quedamos en un hostel que también me recomendó mi amiga de Buenos Aires, Iguazú Fall Hostel, a una cuadra de la terminal de buses. Descansamos un rato, nos aligeramos de ropa, desayunamos y organizamos nuestro primer día de Cataratas.
Cataratas desde Brasil
Para ser eficientes, decidimos ir primero al lado brasilero de las Cataratas, ya que es un recorrido más corto que el lado argentino. En algún blog leí que es "la vidriera" de las Cataratas y se podía hacer en menos de un día.
Desde la Terminal nos tomamos bus de la empresa Río Uruguay, que te lleva a la entrada de las Cataratas. El boleto de ida sale $A 40 y los buses salen cada 10 minutos desde el anden 11.
Como hay que cruzar de Argentina a Brasil se debe hacer el papeleo de migración y ahí se cambia de bus. El tránsito ya nos iba anticipando que mucha gente pensaba hacer el mismo recorrido que nosotras.
Llegamos al Parque Nacional do Iguaçu pasado el mediodía. La fila para ingresar era eterna. Estuvimos como una hora más para llegar a los buses que te llevan al primer mirador. No llevamos para almorzar, solo unas papas, unas galletitas y agua. La espera nos abrió el apetito, por lo que nos tocó racionar nuestras provisiones.
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La primera impresión fue buena, era lindo lo que estaba viendo, pero era solo eso? Claro que no. Fue hasta que vi el primer arcoiris que empecé a ver lo especial de lugar.
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No me pregunten por qué, pero los arcoiris tiene algún efecto magnético en mi. Analizar donde comienzan, donde terminan, porque se forman donde se forman, sin llegar a ninguna respuesta generalmente, es como un deporte. Cada arcoiris es único.
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Otra de las cosas que abundan en las Cataratas, además de los arcoiris, son las mariposas y los coaties. Había leído que el Parque tiene una gran y diversa fauna, pero nunca me imaginé que fuera además una fauna amigable. Las mariposas se te posan y se quedan ahí. Llegas a tocarlas y ellas siguen ahí. Los coaties, por su parte, son sociables, pero interesados. Están dispuestos al show a cambio de comida, cuando no te sacan lo que tengas en las manos, sobretodo si es comida. De hecho hay carteles que piden que no se los alimente, porque pueden reaccionar violentamente y morderte.
Seguimos camino. Llegar a la pasarela principal me dejó atónita. Por dos cosas: una la cantidad de gente que iba seca y volvía mojada de pies a cabeza; y dos: ellas, las imparables.
Solo recuerdo que se me escapó un "woow" cuando caminando por la pasarela levanté la vista y vi el salto de agua. Estaba empezando a entender eso que todo mundo me decía: "tenes que estar ahí para entender, las fotos no le hacen mérito".
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Es cierto, las Caratas no resultaron fotogénicas, pero si que son impresionantes.
Miles de litros de agua, desplomándose a un ritmo constante, por un salto de 80 metros de altura. Es algo imparable. Se genera una bruma que te moja de pies a cabeza, pero no molesta, es refrescante. El sol pega duro sobre las pasarelas y esa bruna, es algo así como una recompensa.
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Al final del recorrido, donde podes estar lo más cerca posible del borde de la catarata, hay un asensor panorámico que te lleva a la parte superior donde puedes tener una vista excelente de salto mayor, desde arriba.
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Un tema importante es el regreso desde las Cataratas. En la terminal de Puerto Iguazú te van a insistir con que para visitar el lado brasilero es mejor comprar el boleto de bus ida y vuelta por $80 de la empresa Río Uruguay, pero la realidad es que no es lo mejor, porque el último bus de regreso a Puerto Iguazú desde la entrada de las Cataratas es a las 18hs. El tema es que hay grandes chances que no llegues a ese bus, porque se forman grandes filas para los buses internos de las Cataratas que te llevan a la puerta del Parque. Entonces te termina saliendo más caro el regreso, en dinero y en tiempo.
A nosotros y unas 20 personas más, nos pasó. Llegamos 18.15 a la parada del bus y el último ya había salido, por lo que algunos se agruparon para compartir taxi ($A 550 por 5 personas) y otros esperamos el bus de línea que va hacia Foz de Iguazú (el boleto sale R$ 3).
Éste te va a dejar en una parada en la ruta que va hacia Foz, cerca de un shopping. Hay que cruzar de acera y esperar el próximo bus de la empresa Río Uruguay con destino Puerto Iguazú, que demora en pasar. Nosotras, junto con unos cuantos valientes, esperamos por una hora aprox. Verlo pasar fue como encontrar agua en el desierto, ya estábamos dudando de que pasara. El boleto sale $A 4, y se puede validar el boleto de vuelta que no usaste por perder el último bus desde el Parque.
De regreso en el hostel, descansamos de la caminata tomando una buena cerveza fría. Luego salimos a "almorcenar". Teníamos claro que para el lado argentino del recorrido íbamos a llevar más provisiones. Fuimos a cenar a la que, hasta ese momento, creíamos era la zona de bares de Puerto Iguazú.
Cataratas desde Argentina
Al otro día nos levantamos temprano, desayunamos, compramos algo para almorzar en el Parque y emprendimos camino hacia el lado argentino de las Cataratas. En poco rato estábamos en la entrada del Parque. Los buses de Río Uruguay hacia allí salen cada 10 minutos desde el anden 10 de la terminal y el boleto cuesta $A 65.
Por lo que habíamos leído es un recorrido para hacer en un día completo, incluyendo el baño de bautizo y la visita a la Isla San Martín. Hay definidos tres circuitos de recorrido: uno superior, otro inferior y la Garganta del Diablo.
Los dos primeros te dan perspectiva desde arriba y abajo de los más de 270 saltos que la forman. La Garganta del Diablo es la frutilla de la torta, a la que se puede llegar caminando o en tren ecológico.
Comenzamos por el circuito superior, de casi 2kms por distintas pasarelas de hierro que van recorriendo el borde de las Cataratas. Es posible ver los saltos desde arriba.
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La primera plana de los saltos es espectacular. El lado argentino es mucho más agreste, más verde y con mucha más infraestructura.
Me pareció muy llamativo como es un destino visitado por tanta gente de diferentes edades. Nos cruzamos con familias con bebés y personas mayores en sillas de rueda. El circuito superior es super accesible. Tiene pocas escaleras y muchas rampas.
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El circuito inferior es un poco más pesado en cuanto a escaleras, por lo que mucha de la gente que recorría las pasarelas del superior no lo hace.
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Una vez en el circuito inferior, es la mejor oportunidad para contratar "baño de bautismo", una paseo en lancha de unos 20 minutos que te lleva a los saltos de agua y se pierde debajo de la Catarata. Te mojas hasta en lugares que no tenías idea que existían, pero es super divertido. No es un gomón, es una lancha super estable. Más que recomendable. Nosotros lo hicimos y nos costó $A 450.
La mayoría de los visitantes intenta hacer el paseo durante la tarde, porque así no están mojados la mayor parte del recorrido. La realidad es que si haces el paseo en traje de baño o llevas ropa extra, se soluciona el problema.
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Desde el punto de embarque del Paseo de bautizo, tomamos la lancha que te cruza gratis a la Isla San Martín. Ahí subimos muchas escaleras, para tener la vista más cercana del salto mayor, desde el Mirador San Martín. Una gran recompensa para tantos escalones.
Aprovechamos y almorzamos en la isla nuestras provisiones.
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En nuestro itinerario del día solo faltaba la Garganta del Diablo. Teníamos dos formas de llegar: (1) caminando, por un sendero paralelo a las vías de tren de unos 2kms. Es un camino plano, pero a la intemperie del sol, por lo que les recomiendo llevar agua y un sombrero o; (2) tomar el tren ecológico que recorre 2kms a una velocidad de 5kms por hora.
Una vez se llega a la estación de la Garganta del Diablo, sea caminando o en tren, se debe recorrer una pasarela de unos 1,5kms, para llegar al mirador de la Garganta. En el camino se cruza el río más tranquilo que se puedan imaginar. A mitad del recorrido no se te cruza por la cabeza que existe algo como la Garganta. Se pueden ver peces, sobretodo surubíes y avistar tucanes, pájaro insignia.
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La Garganta del Diablo es todo lo opuesto a la tranquilidad, es el ejemplo perfecto de la locura.
El agua cae como plomo, choca contra las piedras tan rápido que no te da la vista para seguirla, pero en ese momento todo cambia, al chocar contra las piedras el agua explota y rebota salpicando todo alrededor en cámara lenta. Una y otra vez, en forma constante. Realmente creo que si te concentras en seguir el ritmo del agua, terminas hipnotizado.
Estar ahí también es una experiencia sonora. El ruido de la naturaleza puro. Miles de litros de agua cayendo, chocando, explotando. Una melodía agresiva, no de las que se estila escuchar para relajarse. Es un sonido abrumador que bloquea cualquier otro sonido. Para escuchar lo que te dice la gente te tienen que gritar, sino no escuchas.
Salís de ahí, anonadado, shockeado, hipnotizado y con ganas de más.
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Estábamos tan cansadas que no existió otra opción que la de tomar el tren para regresar. Formamos la fila enormemente larga que había para acceder, pero el cansancio era tal que comenzamos paradas conversamos y terminamos sentadas literalmente en la mitad de la fila. Llegamos al hostel y merendamos fruta. Abunda la fruta en Puerto Iguazú. En nuestra última noche allí queríamos conocer la movida del pueblo, que claramente no era donde habíamos cenado la noche anterior. Resulta que es un poco más lejos, bajando por la Av. Brasil hasta llegar a la intersección de las 7 bocas (siete calles que se conjugan allí). Vimos varios bares con poca gente, seguimos caminando y nos encontramos con un lugar repleto, se escuchaba música y gente riendo. Sin dudarlo fuimos para allí. Resulta que terminamos en la Feirinha, un mercado de comida local al estilo brasilero, especializado en salamines, quesos, aceitunas y alfajores, que de noche funciona como barcitos. Sirven picanha y picadas frías, para tomar hay cerveza y poco más. El lugar que estábamos buscando.
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El bar de la movida estaba lleno, por lo que nos ubicamos en el bar anexo. Así escuchábamos la música en vivo de primera mano. Estuvo muy divertido. El cantante/animador fue un gran anfitrion que amenizó la noche con clásicos de música brasilera y cuarteto argentino.
Un lugar 100% recomendable. Sensiblemente más barato que el resto de los bares y restaurantes que vimos.
Al otro día salimos a recorrer Puerto Iguazú. Visitamos el Hito de las Tres Fronteras, un parque turístico con un monumento que recuerda que sobre el Río Iguazú está la frontera de Argentina, Brasil y Paraguay. En cada borde del río hay un mojón con los colores de la bandera de cada país.
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A la tarde salimos de regreso para Buenos Aires.
En el camino me puse a pensar, lo ideal de las Cataratas para una película de Indiana Jones, de King Kong o el Planeta de los Simios. Claramente no podía ser la primera persona que se le ocurría una idea así. Seguramente a un Steven Spielberg ya se le pasó por la cabeza y por supuesto estaba en lo cierto.
Al regresar, una de las primeras cosas que hice fue chequear las películas que tuvieron como escenario las Cataratas. La lista data desde fines de los '70, aunque personalmente pensé iba a ser más larga:
+Indiana Jones IV (2008). La cuarta película de la saga con Harrison Ford, que trata sobre las aventuras de Ford para encontrar un cráneo de cristal, que también es buscado por agentes de la Unión Soviética.
+Godzilla (2007). De quienes estamos en nuestros 30, que levante la mano quien no vió las historietas o dibujitos de Godzilla. Era de mis favoritos. En 2007 se estrenó una de las tantas películas que tuvo como protagonista al monstruo japonés.
+La misión (1986). Una película que trata sobre como las misiones jesuitas afectaron a las poblaciones guaraníes y porque no también como los guaraníes afectaron a esos colonizadores. Actúan Robert De Niro y Jeremy Irons. Ésta la vi. Recuerdo claramente que fue en una clase de história, donde la profesora Lilian nos quiso mostrar de que se trataba eso de las misiones jesuitas.
+Moonraker (1979). Es una película de la saga de James Bond, cuando estaba encarnado por Roger Moore, que gira entorno al robo de un transbordador espacial. Esta también la vi, pero fue en el living de casa de mis padres.
+Mr. Magoo (1997). Otra historieta llevada al cine, con Leslie Nielsen como protagonista. Una comedia que trata sobre los enredos de un millonario que se niega a usar lentes de contacto.
+Miami Vice (2006). Es una película basada en la serie Miami Vice. Mucha acción y aventuras que muestran muchos escenarios de Uruguay, además de las Cataratas del Iguazú. Con una gran banda sonora, con temas de Audioslave, Nina Simone y Moby.
+Happy Together (1997). Un drama ganador del Primer Premio en Cannes, sobre la historia de vida y lucha de una pareja gay en los '90 que viaja a Argentina con la idea de visitar las Cataratas del Iguazú.
Tips
1- Las trilhas sugeridas en la web del lado brasilero de las Cataratas no son abiertas y accesibles con la entrada al Parque. El acceso a cada trilha: Trilha de las Bananeiras y Trilha do Poco Preto fue licitado a una empresa distinta y se debe contratarar con ellos el tour por cada una de ellas. El tour no es solo caminando, incluye tramos en bicicleta, rafting, etc. Sale unos R$ 273 por persona.
2 - Llevar agua y provisiones para comer dentro del Parque, ya sea del lado brasilero o argentino. Los precios dentro del parque son realmente altos.
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