Cabo Polonio, un faro en el camino
- gigorlu
- 10 abr 2019
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 18 abr 2019
Me contaron...
"Me contaron de un lugar en Uruguay que se llama Cabo Polonio. No me dijeron nada más que si en mi viaje llegaba a visitar Uruguay no podía dejar de conocerlo", era lo que me decía Patrick en su español irlandes, un viajero irlandes que me encontré en la Plazoleta de Quebedo en Bogotá. Estaba recorriendo América del Sur. Era su cuarto mes de viaje.
Nos quedamos rato conversando. Estaba interesado en que le dijera, como viajera, donde estaban los lugares especiales de Uruguay, más allá de lo turistico. Con las últimas cervezas salió el tema de Cabo Polonio.
"Bueno, pero se puede conocer lugares especiales que son turísiticos a la vez", le dije. Eso es Cabo Polonio, un lugar especial que durante el día es turístico, pero de noche es solo para vos.

Cabo Polonio, también conocido como "El Cabo" es un pueblito de pescadores sobre el océano, con una magia especial, donde podes llenar los pulmones de aire limpio, mirar el cierlo y verlo claramente, donde no hay calles de azfalto y el tiempo no está regido por lo que indica el reloj, sino por lo que te dicen tus ganas. La energía positiva y apertura de su gente se percibe. Lo artesanal abunda.
Mucha gente grande, los más veteranos, que conocían el Cabo mucho antes de que yo naciera, dicen que esa magia ya no es la misma, porque dejó de ser pura, exclusiva, de ser un lugar donde solo unos pocos sabía como llegar, donde había tres o cuatro ranchitos y los compartías.
Yo conocí el Cabo en lo que para ellos sería la etapa de "des-magis-ficación", palabra que acabo de inventar. Cuando más uruguayos y viajeros de todas partes ya empezaban a visitar el pueblo, lo que desde mi perspectiva, enriquece la magia. Estar allí alrededor de un fogón compartiendo oponiones, experiencias, risas con personas que tienen costumbres, formas de ver el mundo diferente a la mía, no se siente como algo menos mágico.
Durante todo el año son solo unas 50 personas las que viven allí, porque lo eligieron como hogar. La escuela del Cabo tiene solo 4 alumnos.
Claro, de noviembre a marzo mucha gente va allí, muchos como parte de la infraestructura que demanda atender a los casi 2000 visitantes, desde todas partes del mundo, que pasan diariamente en esos meses. Otros porque solo lo necesitan.
El encanto de llegar al pueblo y pasar las nochesitas allí, con el faro que con su luz que lo custodia, son las cosas que más especial han hecho para mi al Cabo y las fotos mentales que les transmití a Patrick.
y donde está? como llego ahí?
Está a unos 264kms de Montevideo, entre los balnearios de La Pedrera y Valizas.

Se puede llegar de dos formas: una por la ruta 10, donde se llega hasta la Puerta del Polonio en el km 264 de la Ruta 10 y luego se toman camiones que te llevan al pueblo. No es posible llegar con tu propio vehículo a menos que seas uno de los 50 habitantes que viven allí durante todo el año.
Desde Montevideo pueden tomar bus en la terminal Tres Cruces, de las compañía Rutas del Sol o Copsa o Cynsa. Rutas del Sol es la única que llega al Cabo todo el año, con una baja frecuencia en invierno. Son unas 5 horas de viaje en bus.
Una vez en la Puerta del Polonio, que es como una terminal de ingreso, donde se puede conseguir info turística de que hacer en la zona y existe un parking enorme para aquellos que van con su vehículo propio, se debe tomar uno de los camiones que salen cada 30 minutos hacia y desde el pueblo. El primer camion ingresa a las 7am y el último a las 20hs, esto porque no hay luz eléctrica en el pueblo (por las noches las casas se alumbran con equipos generadores de energía, paneles solares y velas).

La otra forma de llegar, es caminando desde Valizas, por la playa o entre las dunas. Es una caminata liviana, pero larga. Son unos 8kms en medio de las dunas y 10kms por la costa. El tiempo que pueda llevarles depende de su propio ritmo. Personalmente, me ha llevado desde 3hs a 5hs.

Es una forma alternativa y extremadamente panorámica. Una experiencia definitivamente recomendable, que al menos una vez hay que experimentar. No hay senderos. El faro es tu guía, no hay como perderse.
Cuanto más temprano en el día lo hagan, más confortable, porque sobre el mediodía/tarde el sol se pone fuerte y refracta sobre la arena. Imprescindible llegar agua, protector solar y pañuelo/sombrero para el trayecto.
Qué hacer en el Cabo?
+ Mucha playa y algún que otro deporte
Además del ambiente y su gente, las playas del Cabo son lo que me atrae, su paisaje sobretodo porque son aguas muy frías. Ideales para el surf, andar en kayak y todos los deporte náutico, no contaminante que se imaginen.
Existen dos playas, la Sur que es la que te recibe al ingresar al Cabo. Los camiones pasan por el inicio de la playa para luego meterse al pueblo. Es una playa "al abrigo del pueblo", según los locales. Con olas suaves y muy amplia, para caminar o tomar sol.


Al este del pueblo está la playa Norte o de la Calavera. Ésta otra es la playa de las fotos, con olas más grandes y lugar de muchos naufragios en tiempos donde la navegación era medio de exploración, de ahí su nombre.
+ Visitar la lobería
Una caminata que les recomiendo es alejarse del pueblo, medio kilómetro o mas con rumbo al este, hacia Valizas y subir a las dunas. La vista del faro desde ahí no tienen desperdicio. Es mágico. Los días que llueve la noche anterior o el mismo día se forman como piscinas de agua de lluvia. A veces hasta da ganas de bañarse en ellas.



Los lobos marinos han sido los que han dado a conocer al mundo la existencia del Cabo, ya que es una de las reservas más grandes del mundo de ésta especie, así como de leones marinos. Esto ha atraído a biólogos, naturalistas, protectores de animales y curiosos de todas partes del mundo. En frente a la costa hay varios islotes que es donde viven los lobos, que durante el día nadan hasta las rocas en frente del faro y puede vérselos en sus rutinas diarias. Son muy divertidos de ver. Lo territoriales que son y la forma en que se tiran al agua para refrescarse o ir a pescar.

Luego de avistar lobos, pueden hacer el camino de las cuevas. Si siguen caminando por las rocas con rumbo a la playa Sur, pueden encontrar unas cuevas naturales producto de la erosión del mar en la roca. Es un trekking entre las piedras, por lo que se recomienda llevar zapatos cómodos y con agarre, ya que pueden resbalar.

+ Recorrer el pueblo, conversar con la gente
Caminar por el pueblo, perderse entre las casas, porque en el Cabo no hay muros que separen una casa de otra. El camino lo haces tu. Para luego almorzar unos ricos buñuelos de algas en la playa o en alguno de los quinchitos cerca del faro.


En ese recorrido pueden darse una vuelta por Lo de Joselo, uno de los personajes del pueblo. Nacido y crecido en el Cabo. Sus bisabuelos llegaron en un naufragio y allí se quedaron.
Joselo es una persona muy especial, con lago místico muy interesante, ciego, que vive en una casa sin paredes. Si, sin paredes. Su casa desde afuera se ve como un baldío invadido por las plantas, pero al entrar te das cuenta que son las plantas las que hacen las paredes y el techo.
Se le puede preguntar a cualquier persona en el pueblo, todos saben donde es Lo de Joselo.
No dejen de pasar al menos una noche en el Cabo. El cielo como techo, es parte de la magia del lugar. Nunca se olvidarán de una luna llena en el Cabo.

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